jueves, 29 de septiembre de 2011

II UNIDAD: Freud, La Construcción del Psicoanálisis


 Biografía

Sigismund Schlomo Freud nació el 6 de mayo de 1896, en Freiberg, Moravia, ahora Pribor, en la República Checa, fue el hijo de Jacob Freud y su tercera esposa Amalia, la cual era 20 años menor que su esposo, Sigi, como sus parientes le llamaban, fue seguido por sietes hermanos y hermanas menores. 
  
La constelación de la familia era inusual porque dos medios hermanos de Freud, Emmanuel y Philipp, eran casi de la misma edad que su madre. Freud era un poco más joven que su sobrino Jhon, el hijo de Emmanuel. Esta extraña situación puedo haber intrigado el interés de Freud por la dinámica familiar, llevando a su formulación ulterior del complejo de Edipo.

El padre de Freud, un modesto comerciante, mudó a la familia a Leipzig, Alemania en 1859, y luego se establecieron en Viena, por el año de 1860, donde Freud se mantuvo hasta 1938. Cuando Freud tenía ocho años, leía Shakespeare y, durante su adolescencia, escuchar la lectura sobre el ensayo de Goethe sobre natura lo impresionó profundamente. Abrevió su nombre a Sigmund Freud en 1877.

Habiendo considerado estudiar leyes previamente, decidió mejor tomar la carrera de médico investigador, comenzando sus estudio en la Universidad de Viena en 1873. Como estudiante, Freud comenzó su trabajo investigativo sobre el sistema nervioso central, guiado por Ernt von Brücke en 1876 y fue calificado como doctor en medicina en 1881. En 1882 comenzó a trabajar en la clínica Psiquiatrica de Theodore Meynert y posteriormente estudió con Charcot, en Salpetrière de París en el año de 1885.

Desde 1884 hasta 1887 Freud publica varios artículos sobre la cocaína. La coca está asociada con todo mi nombre, le escribe a Martha Bernays el 16 de Enero de 1885. Se casa con ella en 1886. La pareja tiene seis niños: Matilde en 1887; Jean-Martin en 1889; Oliver en 1891; Ernst en 1892; Sophie en 1893 y, por último, Anna en 1895. Establece su práctica privada, especializándose en desórdenes verviosos, Su interés por la histeria fue estimulada por Breuer y Charcot al utilizar la hipnoterapia entre los años de 1887 a 1888. En 1891, Freud se muda a un apartamento en Berggasse, el cual se convierte en e Museo de Freud, 80 años después, en 1971. Freud y Breuer publicaron sus descubrimientos en Estudios sobre Histeria (método catártico) en 1895; en el mismo años, Freud pudo analizar, por primera vez, uno de sus sueños.

También escribió 100 páginas de borrador de su manuscrito el cual fue publicado después de su muerte bajo el nombre de Proyecto para una Psicología Científica, en 1950. Por los próximos 5 años (1895 – 1900), Freud desarrolla muchos de los conceptos que posteriormente será incluidos en su teoría y práctica del psicoanálisis. El término psicoanálisis (libre asociación), nace en 1896. Después de romper relaciones con Breuer y reaccionar a una crisis debido a la muerte de su padre. Freud comienza su propio análisis en 1897, explorando sus sueños y fantasías, contando con el apoyo de su amigo cercano Wilhelm Fliess.

La interpretación de los Sueños, el cual Freud considera el más importante de todos sus libros, se publica en 1899, pero no sale a la luz pública hasta 1900 porque quería que su gran descubrimiento estuviera asociado con el comienzo de un nuevo siglo.

Analiza a una joven paciente llamada Dora y publica en 1901 La psicopatología de la Vida Cotidiana. Se hace profesor de la Universidad de Viena y funda la sociedad psicoanalítica de los miércoles en 1902, un pequeño grupo de cinco hombre, incluyendo a Freud, Alfred Adler, Max Kahane, Rudolf Reitler y Wilhelm Stekel. Para 1908 este grupo se expandió a 20 miembros y cambiaron su nombre al de Sociedad Psicoanalítica de Viena, se incorporan Otto Rank, Abraham Brill, Eugen Bleuler y Carl Jung. Posteriormente en el Primer congreso de la Psicología Freudiana se unen Sándor Ferenczi y Ernest Jones. Con el gran movimiento, Freud enfrenta la deserción de miembros de su círculo original, en 1911 Alfred Adler y en 1913 Jung, y formaron sus propias escuela de psicología, en desacuerdo con el énfasis de la neurosis del origen sexual.

La primera parte de Introducción a lecturas sobre psicoanálisis es publicada en 1916. Le diagnostican cáncer en la mandíbula en 1923, y durante 16 años, se mantiene productivo, a pesar de su doloroso tratamiento y 33 cirugías, pero nunca dejó su adicción al cigarro.

En 1925 el primer volumen de la colección de trabajos de Freud aparece. Freud fue honrado con el premio Goethe de literatura en 1930 y es elegido Miembro Honorario de la Sociedad Real Inglesa de Medicina en 1935. Durante el poderío Nazi, Freud se muda a Inglaterra, lugar donde muere a los 83 años el 23 de septiembre de 1939.

Postulados Fundamentales

Una de las piedras angulares del sistema de conceptos de Freud fue su firme creencia de la división de la psique en diferentes estratos, en ocasiones opuestos entre sí. Los que una persona experimenta conscientemente es sólo una péquela porción de su vida mental y puede ser, de hecho una distorsión de los verdadero motivos que existen inconscientemente. Los motivos conflictivos pueden crear tanta frustración para una persona que son excluidos de la consciencia, pero continúan funcionando inconscientemente para influir en la conducta.

La consciencia consiste en darse cuenta de lo que ocurre como resultado de la estimulación externa, del restablecimiento de las experiencias interna o de ambas en alguna combinación.  El consciente es un órgano de percepción situado entre el límite de lo interno y lo externo.

Según Freud (1917), el inconsciente tiene vida propia. Entre otras cosas, está compuesto por impulsos psicobiológicos básicos, que se oponen a los motivos conscientes y, por consiguiente, producen los principales conflictos de la vida. Freud sostenía que tenemos un modo de pensar inconsciente, deseos inconscientes y conflictos inconscientes capaces de afectar directamente nuestra conducta.

El contenido del preconsciente está integrado, en parte, por elementos procedentes del inconsciente en paso hacia el consciente y también del consciente hacia el inconsciente, adoptando la forma de material preconsciente. Existen además impresiones del mundo exterior, radicadas como representaciones fonéticas o verbales.

Estructura de la Personalidad

En su teoría del psicoanálisis, Sigmund Freud intentó explicar cómo funciona la mente incosciente, sugiriendo que tiene una estructura particular. Propuesto que el ser está dividido en tres partes: El Ego, el Super ego y el Id.

La idea general de que la mente no es algo homogéneo, sigue influyendo a la gente fuera del mundo de la psicología. Muchos, sin embargo, se han planteado o han rechazado la teoría de que la mente se divide en estor tres componentes. Esta teoría fue construida sobre la premisa de que las necesidades o impulsos inconscientes, especialmente los impulsos biológicos y sexuales, son la parte central de la motivación y personalidad humana.

Origen y diferencias en la terminología

En algunas publicaciones en el idioma español se puede encontrar los términos Ello, Yo y Superyó en latín, como Id, Ego y Superego, respectivamente. Estas formas fueron adoptadas en un principio por James Strachey en su traducción de la obra de Freud al inglés, titulada Standard Edition y publicada entre 1953 y 1974. Los términos originales utilizados por Freud fue usar pronombres personales del idioma alemán: das Es, das Ich y das Über-Ich — respectivamente, el Ello, el Yo y el Superyó (literalmente por encima del yo). Freud tomó prestado el término "das Es" de Georg Groddeck, un médico alemán por cuyas ideas no convencionales Freud estuvo muy atraído (los traductores de Groddeck traducen el término en inglés como "el Ello")


Ello

Representa la necesidad básica del ser, de cubrir sus necesidades fisiológicas. La necesidad de obtener comida, la agresividad, así como la búsqueda de sexo, son respuestas del Ello a diferentes situaciones.

Puede considerarse como la parte más primitiva de la psique, la personalidad original. Es el depósito de la energía psíquica. En algún punto la intensidad del impulso del Ello es suficiente para experimentarse en el Yo como un deseo consciente, a no ser que haya ahí alguna fuerza oponente al deseo.

El Ello es una parte importante del consciente. Pero el inconsciente incluye también, ideas, impresiones y deseos reprimidos. Este material debe mantenerse reprimido por fuerzas contrarias, provenientes del Yo. EL Ello puede experimentarse como un impulso no deseado, que se entromete en la consciencia en el momento más inoportuno. Los impulsos relacionados con el sexo y la agresión son comúnmente los más problemáticos. El joven que procura concentrarse en la conferencia no puede apartar su pensamiento de la pelirroja en la fila de enfrente. Puede sentirse tenso y agitado por no poder concentrarse en la conferencia. Quizás se enfade al punto de perder el control y decir cosas que nunca quiso pronunciar. Ningún esfuerzo de supresión por parte del Yo será efectivo contra el poder los impulsos del Ello. El enojo puede expresarse en forma de sarcasmo o incluso como sutilezas. Sin embargo, independiente a la forma en la que se dé la salida a los impulsos, según Freud, el Ello es la principal fuerza impulsadora de la personalidad.


Súper Yo

Es la expresión interna del individuo con relación a la moral de la sociedad. Se refiere a la fuerza que induce al individuo a seguir los códigos éticos de conducta impuestos por la sociedad en la que se encuentra. Actúa en contraposición directa a los impulsos del Ello.

Freud utiliza el término Súper Yo para designar el aspecto moral del Yo. En ocasiones, trata al Súper Yo como si fuera el Yo “mejor”. Cuando alguien sigue su consciencia o persigue sus ideales, el Súper Yo ejerce dominio sobre el Yo. Entonces el Ello sería el Yo inferior, el Yo como el yo controlador y el Súper Yo el yo superior.

Freud también utiliza el término Súper Yo para designar una región inconsciente de la mente que contiene los preceptos aprendidos durante las primeras etapas de la vida. El Súper Yo se forma en la infancia, cuando el niño percibe de sus padres como seres casi divinos. La consciencia y los ideales que se introyectan son altamente moralistas o idealistas. El Súper Yo es el representante moral o cultural dentro de la personalidad. El Yo no sólo debe tomar medidas racionales para satisfacer las demandas del Ello, y al mismo tiempo cumplir con los requisitos del mundo externo, sino también necesita obtener las normas o los requisitos del Súper Yo.

Un Súper Yo bien desarrollado controla los impulsos sexuales y agresivos mediante un proceso de represión. El Súper Yo no puede producir represiones por sí mismo, pero puede ordenar al Yo que lo haga, así, el Súper Yo vigila de cerca al Yo, juzgando sus actos e intenciones y cuando el Yo actúa, o incluso intenta actuar, en contra de los principios morales del Súper Yo, aparece la culpa. Cuando el Yo no es capaz de cumplir las exigencias de perfección del Súper Yo, surgen los sentimiento de inferioridad. La culpa, por tanto, procede de la consciencia, mientras que los sentimientos de inferioridad proceden del Súper Yo.


Yo

 Para Freud, el Yo no es más que una parte del Ello modificado por el impacto de la interacción de las pulsiones internas y de los estímulos externos. El Yo se encuentra ubicado entre el mundo interno y el externo, en una posición tal que se comporta como receptor de los impulsos que le llegan desde ambos campos. Una parte del Yo es consciente, otra consciente, otra preconsciente y otra inconsciente. 

Es la consciencia propiamente dicha. Es el ente que actúa como regulador entre las demandas del Ello y del súper ego. Se basa en un concepto realista del mundo para adaptarse al mundo. Todas las facultades psicológicas (como la percepción, la memoria el discernimiento, el razonamiento, la solución de problemas, la toma de decisiones) están a disposición del Ego. El Ego puede llegar a conocer y aprender del mundo externo. A diferencia del Id, está en contacto con el medio exterior (Freud 1933).

Para entender la idea de Freud de la relación entre el Ego y el Ello, uno debe tener presente que el Ego es el sirviente del Ello, aunque al mismo tiempo debe administrar la personalidad total (). No obstante, el Ego disfruta las satisfacciones derivadas de los motivos del Ello. Los deseos no amenazantes del Ello son experimentados directamente por el Yo, pero los demás son disimuladas de tal manera que resulten aceptables por el siempre vigilante Súper Yo y el poder de la autoridad externa. Una porción del Ego, el segmento inconsciente, es un aliado del Ello y proporciona los disfraces antes de que se experimente en la parte consciente del Yo.

El Yo desarrolla su fuerza tomando energía del Ello. Hace esto para convertir esa energía en elegir objetos, interese y actividades. Conforma crece el Yo, el Ello se debilita.

El principal papel del Yo es coordinar funciones e impulsos internos y tratar que los mismos puedan expresarse en el mundo exterior sin conflictos. El Yo tiene una estructura específicamente motora.

Funciones del Yo

El Yo tiene dos funciones muy importantes, que son:

Examen y sentido de la realidad: El Yo tiene la llave de la motilidad, que le permite al mismo tiempo comprobar la existencia real de los objetivos. Se vale de dos recuerdos: el examen de la realidad por medio de la actividad motriz y el sentido de la realidad, en el que ya no hay necesidad de motor y mediante la cual se sabe si el objeto está realmente allí. En el hombre medio normal, el Yo perceptor y el Yo enjuiciador se desenvuelven paralelamente, ya que sus actuaciones son armónicas, dentro de los límites variables de cada individuo.

Funciones sintética o de homeostasis: Consiste en recibir el impulso, diferenciar de dónde llega, luego realizar un proceso de síntesis entre los distintos elementos que llegan del Ello, tratando que una cantidad determinada de energía pueda descargarse en un solo movimiento, para que esta satisfacción no provoque una reacción del Súper Yo.


Mecanismos de defensa

Freud tenía mucho que decir sobre el importante papel de los mecanismos de defensa, como medios de afrontar las situaciones difíciles que se les presentan al Yo. El Yo elabora estrategias con las que se protege contra las fuerzas opresoras del Ello, del Súper Yo y de la realidad externa. El propósito principal de los mecanismos de defensa del Yo es reducir la ansiedad. Esto lo hace bloqueando inconscientemente los impulsos o distorsionándoles, logrando que sean más aceptables y menos amenazantes.

Pero cuando la ansiedad llega a ser abrumadora, el Yo debe defenderse a sí mismo. En algunos casos, un mecanismo de defensa puede apoyar también al Yo, pero en su mayoría, las estrategias son protectoras. Los mecanismos de defensa reduce la ansiedad de manera más eficaz cuando funcionan inconscientemente. Los mecanismos de defensa son aprendidos, la persona no nace con ellos. El niño descubre la posibilidad de culpar a los demás como un medio de evitar la ansiedad de resultar atrapado. Por tanto, puede volverse una estrategia establecida para encarar la ansiedad.

La defensa se logra por dos medios: El autoengaño y la distorsión de la realidad. A través del auto engaño, pueden negarse o minimizarse ciertas verdades desagradables, que uno no quiere afrontar. Por la distorsión de la realidad pueden alterarse acontecimientos para se adapten a los deseos. Si los eventos reales no son los deseados, pueden alterarse simplemente al pasar por alto ciertos aspectos mediante diversas técnicas capaces de modificar lo realmente presente.


Dinámica mental

La psicología psicoanalítica explica los fenómenos psíquicos como el resultado de la acción recíproca y de la acción contrarias de fuerzas, esto es, de manera dinámica, que es al mismo tiempo genética, puesto que no sólo examina un fenómeno como tal sino las fuerzas que lo producen.

Hay un tipo especial de fuerzas, los impulsos instintivos, que son directamente experimentados como una energía apremiante, insta a la acción inmediata y uno se siente impulsado por fuerzas de diversa intensidad para cumplirlos. La parte no instintiva de la mente humana resulta comprensible como un derivado de la lucha en pro y en contra de la descarga, creada por influencia del mundo externo. Existe otro tipo de fuerzas, los triebe o impulsos, que son variables en su fin y en su objeto por acción de fuerzas derivadas del ambiente.

La dinámica mental lleva a una homeostasis, que no implica una inamovilidad, sino un trabajo constante de las funciones vitales. La homeostasis se encuentra, en principio, en la raíz de toda conducta instintiva y las conductas “anti – homeostáticas” se explican como un complicación secundaria a fuerzas externas. Cuando las tendencias a la descarga y las tendencias inhibitorias son igualmente fuertes, no hay signos exteriores de actividad, pero se consume energía en la lucha interna oculta.


Estructura Psíquica

Los fenómenos psíquicos deben ser considerados como el resultado de la acción combinada de fuerzas que presionan, las unas, hacia la motilidad, las otras, en sentido opuesto.

El Yo crea aptitudes que le confiere la capacidad de observar, seleccionar y organizar los estímulos y los impulsos: las funciones del juicio y la inteligencia. Desarrolla también métodos para impedir a los impulsos rechazados el acceso a la motilidad, utilizando cantidades de energía dispuestas para este fin, es decir, bloquea la tendencia a la descarga y convierte el proceso primario en proceso secundario. El Yo se convierte en mediador entre el organismo y el mundo externo. Como tal ha de proporcionar, tanto una protección contra las influencias hostiles del ambiente, como el logro de la gratificación, aún contra la eventual coerción del mundo externo.

Lo que tiene lugar en la consciencia está formado por las percepciones e impulsos: las percepciones y los movimientos inconscientes poseen peculiaridades específicas, que las distinguen de los conscientes. La consciencia nace del proceso de sistematización, que a su vez, depende de la capacidad de utilizar los recuerdos. El Yo se ensancha a costa de la capa de estas huellas mnémicas, denominada preconsciente. La transición del Yo al Ello es gradual y únicamente se hace más neta en aquellos puntos en que existe un conflicto.

Lo reprimido presiona en dirección a la consciencia y a la motilidad y, en este esfuerzo, tiende a producir derivados, es decir, a desplazar su cate xis a ideas vinculadas asociativamente al impulso original: al lograr nuevamente su verbalización, las ideas inconscientes se han preconscientes.

La energía con el que el Yo lleva a cabo su actividad inhibitoria sobre los instintos deriva del reservorio instintivo del Ello. Una parte de la energía instintiva se convierte en energía anti – instintiva. Una determinada pare del Yo que inhibe la actividad instintiva se desarrolla, por un lado, más próximo a los instintos y por otro lado, está en conflicto con otras partes del Yo, ávidas de placer. Esta parte, que tiene la función (entre otras) de decidir qué impulso son aceptable y cuáles no, se denomina Súper Yo.

 
Bibliografía

http://mauve_ciel.tripod.com/biografiaspsi/id1.html
http://www.psicologia-online.com/ebooks/personalidad/freud.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Sigmund_Freud
http://es.wikipedia.org/wiki/Psicoan%C3%A1lisis
http://pdf.rincondelvago.com/teoria-freudiana-de-la-personalidad.html
http://www.veoh.com/watch/v18996772FwaJgA7k


Trabajo para el Próximo Fin de semana: 

Para la próxima clase, la próxima clase se explicarán a mayor profundidad los conceptos de Ansiedad, Libido y Mecanismos de defensa y se realizará una prueba escrita al comienzo de la clase. Le recuerdo que en este caso toda la guía debe traerla resuelta y entregarla de manera individual. Solamente el Diagrama lo debe traer elaborado en grupo

Para saber sobre la elaboración de un Diagrama de Arbol:

1 comentario:

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